Con la tranquilidad del trabajo bien hecho se presenta Aurora González en Fundación Rondilla para ultimar los últimos detalles contractuales de cara a la incorporación de Rosaura, quien será la nueva empleada del hogar y cuidadora de sus padres. En todo momento, y desde que acudió por primera vez a los servicios de la entidad en busca de Casilda, la primera empleada “temporal, que se convirtió en permanente”, hace ya seis años, una sonrisa se le dibuja en su rostro al hablar de la “excelente labor” de Asun y Nieves, “que son un equipo muy compenetrado”, tanto a la hora de seleccionar a las candidatas como a la hora de “poner facilidades durante la gestión”.

En este sentido, destaca que, pese a no ser socia de la entidad ni vivir en el barrio de La Rondilla, sí que tiene “excelentes referencias de amigos y conocidos del barrio acerca de la entidad”. Por ello, prefiere acudir a las compañeras de empleo “antes que a otras entidades del sector en las que no sólo no se cuenta con la cercanía y la seguridad de las personas con las que tratas sino que, además, suponen un elevado desembolso por cada una de las gestiones”.

Mientras tanto, Asun, enfrascada en una de tantas gestiones que ocupan su intensa jornada, entra y sale de su despacho a sabiendas de que mientras se realiza esta entrevista, tanto Aurora, como sus cuatro hermanos y sus padres pueden estar tranquilos con el trabajo realizado con respecto a la nueva empleada del hogar. “Es fundamental la labor que se realiza desde aquí”, comenta Aurora, al mismo tiempo que reconoce la importancia de contratar a los empleados del hogar, tanto por la “seguridad del trabajador como por la del propio empleador”.

Por otra parte, Aurora valora de forma muy positiva la labor de la entidad, que “lleva toda la vida en la lucha por construir un barrio mejor, no sólo a nivel de empleabilidad sino también con los diferentes grupos de educación de menores, de adultos, etcétera”.