25N
La violencia contra las mujeres ha sido y es un problema social de gran calibre que afecta a todas las personas del planeta.
La distribución y la jerarquización que ha hecho la sociedad de los géneros sitúa a las mujeres en desventaja sobre los hombres en todos los aspectos y ámbitos de la vida ...
La violencia contra las mujeres ha sido y es un problema social de gran calibre que afecta a todas las personas del planeta.
La distribución y la jerarquización que ha hecho la sociedad de los géneros sitúa a las mujeres en desventaja sobre los hombres en todos los aspectos y ámbitos de la vida: Desigualdad en el acceso al empleo, carga de las responsabilidades en el ámbito doméstico, techo de cristal, brecha salarial, acoso sexual, violaciones, violencia de género, machismo, invisibilización, división sexual del trabajo, temporalidad, falta de conciliación, feminización de la pobreza…
Todo ello, al fin y al cabo, se considera violencia de género pues se utiliza el género, (algo que recordemos, hemos construido culturalmente) en hombres y mujeres para marcar estas desigualdades.
El mayor problema de todo ello es que lo único que nos alarma son los feminicidios, y aún así, estos siguen creciendo y esa curva está siendo difícil de aplanar. Sólo en 2020 llevamos ya 41 mujeres asesinadas.
Una macroencuesta realizada por el Ministerio de Igualdad en 2019 nos muestra que el 13,7% de mujeres de la muestra (2.802.914 mujeres) han sufrido violencia sexual y el 21,5% (4.387.480 mujeres) han sufrido violencia física (tanto por parte de su pareja actual, como de parejas pasadas y de personas con las que no habían mantenido una relación de pareja).
Desde Fundación Rondilla os pedimos que levantemos la mano contra la violencia de género, frenemos la curva.
